Ayer por la noche volví de Murcia, despues de pasarme allí día y poco más. Aparte de para hacerle una visita a mi novio, fui para ir al concierto que ofrecerían Placebo en Cartagena, organizado por MTV España y totalmente gratuito.

Llegamos a Cartagena sobre las 7 de la tarde, dimos una vuelta y nos acercamos al recinto: un montaje espectacular que puede llegar a albergar a 40.000 personas, puestos de comida, stands… La verdad es que al final de la noche, no sé por qué, pero me sentía como si estuviera en el FIB, aunque nunca he estado. Pero vayamos por partes.

Como ibamos al concierto principalmente por Placebo, no entramos para ver a Second, asi que nos quedamos fuera del recinto, donde había una masa tremenda de gente haciendo botellón desde tempranas horas de la tarde. El concierto de Placebo empezaba sobre las 22:30, pero para evitar avalancha de gente, ya que la mayoría de las personas iban por Placebo, nos acabamos las bebidas que nos quedaban y entramos sobre las 21:45, justo cuando Second estaban tocando la última canción. A base de colarse, acompañado de unos cuantos empujones, mi novio y yo nos conseguimos poner en, más o menos, la fila 20. No me gusta ver los conciertos tan «lejos», pero si avanzaba más, primero, vería aún menos porque el recinto estaba en cuesta, y segundo, me pegarían de ostias por colarme.

Minutos más tarde las luces empezaban a bajar y el personal técnico desaparecía poco a poco del escenario, que tenía dos enormes pantallas a los lados y unos pantallones al fondo que ofrecían gráficos. Johann Wald, anunció la llegada de «uno de los mejores grupos internacionales», y allí empezó lo bueno. La pasarela que había desde la muralla, que se encontraba a la derecha de todo el recinto, se iluminó, lo que dió paso a la espectacular salida de Placebo. Espectacular. Con todas las letras. La presencia de Brian Molko, y sobre todo, la del batería nuevo, Steve Forrest (del que me enamoré, lo confieso) acaparaban la atención de todo el mundo.

Empiezan con la canción que abre el disco, Kitty Litter. Tras ella, el bajista Stefan Olsdal se disculpa con un «poquito problema» y empiezan a toquetear los pedales y salen unos cuantos técnicos. Deciden seguir y arrancan de nuevo con Ashtray Heart, lo que fue en su momento el primer nombre del grupo. La gente canta la parte en castellano del estribillo mientras que la voz de Brian Molko suena impecable. Al acabar la canción, Brian Molko se disculpa con un «problemas más grandes» y se retiran del escenario. Los técnicos salen inmediatamente, vuelven a toquetear los instrumentos, los pedales y los amplis. Pocos minutos más tarde, el grupo vuelve al escenario, tocan cuatro canciones más, entre las cuales Battle for the Sun y For What It’s Worth triunfaron, siendo coreadas por el público, aunque entre canción y canción cambian palabras entre ellos, notablemente molestos. Al acabar la sexta canción, Speak In Tongues, volvieron a salir del escenario, esta vez para no volver. Cinco minutos más tarde les vimos salir por la misma espectacular pasarela por la que hicieron su gran entrada, aunque esta vez lo hicieron entre gritos y silbidos del público.

Al ver cómo los técnicos recogían los amplificadores y la batería, me marché del recinto. No tengo nada en contra de Amaral, pero me había movido hasta allí para ver a PLACEBO, asi que la fiesta se había acabado. No pude escuchar ninguna de las canciones que quería, ni Meds, ni Song to say goodbye, ni The Bitter End, ni nada de nada. Y no sé a quien echarle las culpas.

Pocos minutos despues de salir del recinto nos dijeron que el fallo estaba en la pedalera del bajista, que descontento con el sonido no quiso seguir, aunque otros dijeron lo mismo sobre la guitarra de Brian Molko, y que la culpa era suya. No soy una experta en sonorificación,  pero el bajo apenas lo escuchaba, y por lo que me han contado varios amigos, el sonido de las guitarras era malo tirando para horrible, la voz y la batería aislaba por completo las guitarras y el bajo.

Un periodista de La Verdad se ha atrevido a echarle todas las culpas a Brian Molko, ya que el fallo estaba «en su guitarra», mientras que Juan Aguirre, alias «Superman», les ofrecía un pedal similar. Aparte de eso, tacha al grupo de inmaduros, poco profesionales, músicos en decadencia e insinuó el consumo de drogas por parte de Brian Molko. Me juego la mano izquierda a que esta persona no escucha más música que pop a lo «El canto del loco», ya que se atreve a decir que «no se perdió mucho» y que «Amaral dieron el suficiente espectáculo». Por mucho que le guste Amaral, nada más lejos de la realidad: el recinto se quedó medio vacio al empezar el grupo de Eva y Juan. Placebo y SU música fue el espectáculo principal y nos quedamos sin él.

Muy mal por parte de Placebo por irse sin dar ninguna explicación, aunque más tarde apareció un comunicado en la página web oficial, disculpándose con la gente que se había desplazado hasta allí y justificando sus actos por el mal sonido del recinto. En cambio, MTV España no ha dicho ni mu, nada absolutamente, y es más, han calificado el concierto como «un éxito». Repito, no sé de quien será la culpa, pero el hecho de sonar mal durante seis canciones no es moco de pavo. Placebo se lo puede permitir, y por lo visto ya en las pruebas  se quejaron del sonido. No lo arreglaron y pasó lo que pasó.

Tambien se podría haber seguido tocando y salir del paso, pero el grupo ya se le notaba tenso y para hacerlo mal mejor no hacerlo, aunque eso si, dejaron a 35.000 personas con las babas colgando, y a mi personalmente, poco me faltó para ponerme a gritar como una loca y a llorar allí en medio (exagero :D).

No sé si querrán volver, despues del desastre que nos ofreció nuestra querida MTV (entre MTV y U18 los grupos van a cogerles odio a España, y entonces si que no vendrá ni dios), ni tampoco sé si voy a querer verles despues de lo que pasó el domingo. Pero una cosa está clara: despues del éxito que tuvieron en Bilbao y Granada, donde el sonido era inmejorable, lo primero que voy a hacer es no fiarme de los eventos gratuitos y pagar mi entrada. Ya se conoce el refrán: a caballo regalado no le mires los dientes.

zahara

julio 28, 2009

Al principio no me pareció nada del otro mundo, pero se ha ganado un huequito en este humilde blog. Ya apareció aquí junto con Santi Balmes, pero ahora lo hará en solitario.

Una voz dulce acompañada de melodías preciosas siempre da un buen resultado.

Gracias a Carlos por mandarme esta canción, una antigua versión de «Con las Ganas»(Día 913), aunque en su momento no le presté mucha atencion.

Recuerdo que al llegar ni me miraste,
sólo fui una más de cientos
y, sin embargo, fueron tuyos
los primeros voleteos.

Cómo no pude darme cuenta
que hay ascensores prohibidos,
que hay pecados compartidos,
y que tú estabas tan cerca.

Me disfrazo de ti. Te disfrazas de mí.
Y jugamos a ser humanos
en esta habitación gris.

Muerdo el agua por ti. Te deslizas por mí.
Y jugamos a ser dos gatos
que no se quieren dormir.

Mis anclajes no pararon tus instintos,
ni los tuyos, mis quejidos.
Y dejo correr mis tuercas
y que hormigas me retuerzan.

Quiero que no dejes de estrujarme
sin que yo te diga nada.
Que tus yemas sean legañas
enganchadas a mis vértices.

Me disfrazo de ti. Te disfrazas de mí.
Y jugamos a ser humanos
en esta habitación gris.

Muerdo el agua por ti. Te deslizas por mí.
Y jugamos a ser dos gatos
que no se quieren dormir.

No sé que acabó sucediendo,
sólo sentí dentro dardos.
Nuestra incómoda postura
se dilató en el espacio

Se me hunde el dolor en el costado,
se me nublan los recodos,
tengo sed y estoy tragando,
no quiero no estar a tu lado.

Me disfrazo de ti. Te disfrazas de mí.
Y jugamos a ser humanos
en esta habitación gris.

Muerdo el agua por ti. Te deslizas por mí.
Y jugamos a ser dos gatos
que no se quieren dormir.
Me moriré de ganas de decirte
que te voy a echar de menos…
Y las palabras se me apartan,
me vacían las entrañas

Finjo que no sé, y que no has sabido.
Finjo que no me gusta estar contigo…
Pero al perderme entre mis dedos
te recuerdo sin esfuerzo

Me moriré de ganas de decirte
que te voy a echar de menos.

calor

julio 24, 2009

Siempre he tenido la curiosidad de si «calor» es femenino o masculino, porque utilizo las dos formas. Despues de echarle un vistazo a la RAE y ver que se aceptan las dos formas…: ¡qué maldita calor hace, madre mía!

Vale, que sí, «vengo de un lugar bastante frio y blablabla», y mira que me gusta que haga calor, pero es que esto no es normal. Acabo de salir a la calle para mandar un simple fax, y entre que he tenido que dar una vuelta tremenda porque la Avenida de Jesús Santos Rein está totalmente cortada (me cago en las obras), que no me llevé las gafas de sol y que, además, no llevaba botella de agua, pensé que iba a morir. Esto es la muerte. Que por cierto, maldigo las obras, las odio y tambien odio el Ayuntamiento de Fuengirola y a nuestra «querida» alcaldesa. No se puede agujerear una avenida entera sin poner un paso peatonal, chapuceros.

Y el calor es todo culpa de Estados Unidos. Maldita sea ¡¿queréis respetar el protocolo de Kyoto?! Que nos vamos a asar vivos, y no habrá ni hielo en los polos, ni osos polares, ni pinguinos (por cierto, muy gracioso el anuncio de Mixta), ni nada de nada. Malditos seáis todos.

Si es que lo único bueno que tiene Estados Unidos es la música. Tantos científicos, tantas inversiones ¿para qué? ¿para sacar una nueva marca de crema antiarrugas? Tanto para que al final a jóvenes como yo (somos muchos, aunque no lo parezca) solo nos interesen eventos como el Warped Tour. Oh, bendita invención de los americanos… ni siquiera el descubrimiento de la bombilla llega a la altura del Warped Tour. Y esas cosas en Europa no hay, bueno, en Londres y Paris, y mucho que es. ¡Maldita España! En ese tipo de eventos se nos considera del tercer mundo, y oye, sabemos montar buenos festivales. Mira el FIB. Bueno… aunque el escenario se caiga a cachos y haya incendios, ¡pero es un buen festival! ¡Spain exists! Ahora que lo menciono, gran invento lo del twitter, seguro que no ha sido un americano.

Pero para estadounidense que vale la pena ya está Fred Mascherino, y seguro que actúa en el Warped Tour. Me voy a seguir escuchando su CD, creo que me hace falta desestresarme…

no estaba muerta

julio 9, 2009

…estaba de parranda, o casi.

Más de un mes sin postear nada en este santo lugar. Exámenes finales, selectividad, fiesta post-selectividad, San Juan, Murcia… La verdad es que hay cosas que contar, sí, pero empecemos por el principio.

Me puedo saltar los examenes finales, porque ya sufrí bastante. Queridos profesores: gracias por meternos caña y, sobre todo, por aguantar mi cara de sobada todas las mañanas. Os debo una. Muy Grande. Pero… tanta caña al final resulta pesada: estás 15 días, estudiando como una posesa para saberte la vida de Franco de pe a pa, aprenderte de memoria la forma de construcción de la arquitectura gótica, los nexos ingleses, los españoles (que tienen aún más tela), y para «ilustrar» nuestros queridos diccionarios de latín y griego. Y ¿para qué? ¿para qué te pregunten 4 chorradas (el exámen de arte aún me duele)? SI. Pero eso no es lo peor. Queridos correctores de Málaga entera que se han encargado este año de los exámenes de selectividad: sois unos capullos. Debería callarme porque mucha gente me pegaría por quejarme de mi nota, pero duele. Duele saber que hiciste perfecto el texto de latín y tienes perfecta la literatura (¡SI, copié, lo confieso!) y que te pongan un 8. Duele saber que contaste hasta la vida de los autores y de sus familias en el exámen de arte (que si aun no lo sabíais, estaba tirado) para que después te pongan un 7’5. Gracias. No me volveré a fiar de nadie (y voy a poner musica tranquilita [here comes the sun] porque me está dando el telele). Es una bofetada para estar preparada en la facultad. Pero en fin, conseguí lo que quería, no bajar la media, y una gran experiencia (sobre todo escuchar a Macarena gritar «CÓOOOOOOOOOOOOOOMO» en el exámen de historia).

Y después… que empiece la fiesta, que en realidad no fue tanta fiesta. Tiene gracia que cierto amigo me llamara preguntandome la misma tarde de acabar los exámenes «¿Qué? ¿Ya estás borracha?». Pero yo estaba dando un paseo tranquila con algunos amigos porque en relidad «no sabíamos que hacer con nuestras vidas». «Y ahora ¿qué?» pensabamos. Ahora a esperar las notas (8’43) y a echar matrículas como loca. Y de paso celebrar San Juan.

De este último San Juan… debo decir… que demasiadas cosas no me esperaba. Ni me esperaba encontrar a más de la mitad del claustro de profesores (la mayoría de ellos con el puntito del alcohol) a 3 metros de nuestra hoguera, ni acabar siendo acosada, ni bañarme a las tantas de la noche (nunca lo he hecho). Maps de los Yeah Yeah Yeahs. No me quejo, nunca me quejo, solo me habría gustado tener a cierta persona a mi lado esa noche.

Notas, reclamación, segundas notas, preinscripciones (Málaga y Madrid). Que nunca lo he dicho antes, voy a hacer una gran locura: meterme en Derecho (junto con Periodismo, no os preocupéis). Lo que tira, tira, pero hay que asegurar el terreno señores. Y entre preinscripción y preinscripción, viaje a Murcia (gracias).

Y perder a un gran artista, que ahora es una leyenda y un icono. No voy a ir de supermegahiper fan, no lo soy ni nunca lo fui, pero crecí escuchando a Michael Jackson, al igual que los Beatles, eran la banda sonora de mi casa (me llega a pillar la muerte de John Lennon y ahí sí que me muero). Nunca me creí del todo el tema de la pederastia y me fastidia que ahora se le recuerde y se le homenajee más de lo que debería haberse hecho mientras estaba vivo. Lo que nadie me negará es que fue una de las personas que más ayuda ofreció a los que la necesitaban y que se fue demasiado pronto (gone too soon). Un ARTISTA, con todas las letras, a sus 50 años, enfermo o no, tiene muchísimo que ofrecer. Tenía una mente prodigiosa para la música y de esas cada vez quedan menos… In the closet. Nunca me gustaron (digo demasiado la palabra «nunca») los circos que montan al morir una estrella, pero debo confesar que me emocioné y mucho con todos los homenajes que se le hicieron. Porque todo es poco para una persona que ha dedicado 45 de sus 50 años a la música, hizo disfrutar a generaciones enteras,  donó una fortuna a los necesitados y lo único que recibió a cambio fue el hecho de ser calumniado, calificado de pederasta, vergüenza para la raza negra y cosas  peores. Ahora, comeros vuestras palabras con patatas. Y como dice esa GRAN grase de la película «V de Vendetta» (y cambiándola un poco): «Debajo de esta máscara hay un icono, y los iconos son a prueba de balas«.

Llevo demasiado tiempo escribiendo esto, y aún no sé con qué finalidad lo hice. Voy a seguir escuchando discos de The Beatles y Michael Jackson como la tonta que se emociona demasiado que soy, y seguiré siendo feliz con mis discos poppies (si, cariño, yo tambien te quiero).

Can’t let him get away

Buenas noches.